sábado, 4 de septiembre de 2010

Hervás 2010


Dentro del periplo veraniego, el irreductible equipo de Trayectorias Geodésicas ha recalado en Hervás (Cáceres), a favor de las practicas de hacer posibles viejos encuentros.

Hervás es la Cicely extremeña de Northern Exposure, una serie norteamericana de los años ochenta. El lugar compensa y alguno que otro se queda donde es querido y bien tratado. El pueblo reproduce una matriz cultural: hay un registro para cada concepción artística, para cada escenario filosófico, para cada identidad musical, para cada tratamiento imaginario como constata cualquier viajero que profundice por sus calles y gentes. La naturaleza agreste del paisaje y la buena conservación de la trama urbana del pueblo son fuente de atracción de viajeros y turistas.

Nuestro grupo se alojó en Aldea Vetonia. La estancia cubre las expectativas y el lugar no es fácilmente superable en lo referible al trato personal y a su rotunda localización; pero la cita del verano fue la final del Campeonato del Mundo.
En un ambiente espectacular, vimos el partido en una piña. Mi amigo Julio vaticinó minutos antes del inicio del encuentro el importante beneficio para la Selección que era enfrentarse a Holanda pero el juego brusco y violento de los holandeses sorprendió a todos, incluido a Julio. La aparición simultanea de Van Bommel y De Jong provocaban las iras de la concurrencia y las cosas pintaban mal para España. La crítica provenía de la permisividad con el juego agresivo holandés por parte del árbitro. El partido fue dramático y la derrota convivía en cada ataque del combinado naranja. Las opciones españolas pasaban por su excelente juego y por las también, clarísimas oportunidades de gol españolas hasta que en el minuto 116 de la prorroga, Iniesta de un disparo cruzado envía el balón a la red, era el 1-0. La felicidad brotaba. La conexión no se interrumpió hasta la finalización del partido cuando el personal salió a lanzarse a la piscina de Aldea Vetonia en tropel, un triunfo único y memorable.

Dejando de lado la hazaña futbolística, la vida continúa... y paseando por las calles de Hervás se adivina su importancia histórica, aparecen las cuestas en el Barrio Judío, aparece la Vanguardia en sus bares modernos, aparece el emergente Museo Pérez Comendador, los hermosos jardines, la gastronomía diversa y los propios proyectos ciudadanos.Un engranaje perfecto.
Con cautela, localizamos en la judería varios entramados de calles que no podemos eludir con muy destacadas consecuencias visuales: callejuelas estrechas, empedradas, sinuosas y casas con grandes balconadas. Nos brinda el Barrio Judío una irrepetible sensación de belleza.
En Hervás hay que fijarse detrás de las cosas. Se abren otras posibilidades. Intencionadamente, no hay que renunciar ni a la tranquilidad ni al descanso, pero hay otras fertilísimas vías que se trasmiten por las calles relacionadas con el deseo de hacer posibles otros debates: poesía, cine, literatura, arte, pensamiento. Toda una experiencia.



1 comentario:

  1. Gracias por compartir y escribir cosas tan bonitas de mi pueblo. Recuerdo ese día con alegría y emoción.

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